Pensé que ibas a hospedarte
en la fuente de mis besos.
¡Qué quimera tan ingenua!
La distancia logró arrancarte
de los lagos de mis venas.
Qué pena!!…viajaste
de noche por mi vida,
y en tu ceguera nocturna,
no pudiste encender
llamas de amor en este pecho.
Las huellas pintadas
por tus recuerdos, se borraron,
y sólo quedaron cicatrices
con la firma de que una vez fui tuyo.
El tiempo me robó tu amor
y lo encapsuló en la distancia.
No sé si llegaré a verte,
pero será mejor que no te vea,
para no despertar
las falsas ilusiones
que me arrebataste
en un otoño perdido.***
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