lunes, 15 de agosto de 2011

LA ESTATUA

La estatua que con su quietud
amaba el gemir musical
de mis caricias de armiño,
siente frio…

Extraña el murmullo
de nuestros besos,
extraña cubrir el juego pasional
de mis dedos
en la plataforma de tu cuerpo.
La estatua dormita en el fúnebre olvido,
y con el rostro marcado de tristeza,
me ha preguntado:
¿Por qué nuestro besos
crearon las alas del adiós,
por qué se apartaron
a pesar del amor profesado?
¿Por qué me abandonaron
si fui testigo de sus secretos?

Vuelvan me dijo:
Quiero abrigar mis heladas noches
con sus besos de fresa.***

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