Recién
me encuentro…
arranco
el pensamiento
palpo
la fiebre del deseo.
Mi
existencia abre sus poros.
Te
seduzco a desatarte
de mi
costado
y mis
libros se cargan
de
espinas interrogativas.
Recién
me encuentro
gracias
al deseo crucificado
que
voló
del
alarido de tu cuerpo.
Recién
me encuentro…
de
nuevo el camino
brinda
albergue.
¿Cuándo
aparecerá una nueva pesadilla
que
bifurque el derrotero?.
Esta
vez… Otro encuentro
sonreirá
mi armamento.
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